Censo: un verdadero tesoro para cualquier genealogista

Muchos genealogistas y aficionados a la genealogía saben que existe un recurso muy valioso en su investigación cuando los registros civiles y parroquiales no han bastado: los censos. ¿Qué son y qué clase de información pueden aportarnos?

Un censo es un recuento de población, siendo esta agrupada en torno a criterios geográficos, demográficos, sociales, etc. Se trata, por decirlo sencillamente, de una lista de individuos junto con una serie de datos personales.

Entre los más habituales podemos encontrar su nombre completo, edad, nombre de su cónyuge, hijo y otras personas con las que convive, nivel de educación, profesión, nacionalidad, etc.

Es, por tanto, una fuente de gran valor puesto que, además de aportar datos sobre una persona que busquemos, la información alcanza a otros miembros de su unidad familiar.

Lo más habitual es un censo de población, compuesto por la suma de cada “padrón municipal de habitantes” que se recoge de los distintos municipios del país. Normalmente se actualiza cada cinco o diez años, si bien la gestión informatizada ha provocado que en cada vez más países, a día de hoy la actualización sea continua.

En el caso de España, entre 1.500 y 1.599 se crearon los primeros censos en Castilla (conocidos como Vecindarios)